Una fría noche de diciembre y lo único que me apetece hacer es escribir lo que no me atrevo a decirte, así que lo escribiré en forma de nota, para al menos quedarme agusto conmigo misma, porque siento que si no lo hago voy a explotar ¿y sabes por qué? Porque me muero de ganas por decirte lo mucho que te necesito, lo mucho que necesito una sonrisa tuya, un abrazo, un beso, un ''no te preocupes nena que todo va a salir bien''. Me muero de ganas por decirte lo que siento, por expresarte mis sentimientos, en cambio, aquí me tienes, tragándome cada uno de esos pensamientos, porque solo soy ''una cobarde disfrazada de valiente'' que pensaba que podía conquistarte, que locura enano.

Seguidores

lunes, 13 de agosto de 2012

Confiar en la gente, confiar en determinadas personas, sobretodo en una, estar seguro 100% de que esa persona nunca te dejará, nunca te fallará, y cuando lo hace, te duele, no hay nada peor que confiar en alguien, dar la cara por esa persona una y otra vez, sin cansarte y ver que lo hiciste para nada, que te chocaste, que en realidad a esa persona no le importabas, era una simple piedra más. Tener que encontrarte a esa persona, y mirarla a los ojos, preguntarte como aún puede tener el valor de devolverte la mirada, de decirte en tu cara que te echa de menos, que está arrepentida de todo lo que pasó ¿acaso no se da cuenta de que te está haciendo daño? y piensas, reflexionas, te das cuentas de que han sido muchos momentos vividos, una oportunidad más, una menos, y lo intentas, lo intentas de nuevo, sin darte cuenta de que es en vano, que no hay confianza, dudas de cada cosa que dice, y así no se puede, ya nada es lo de antes, pero te ciegas, lo intentas, lo sigues intentando, te duele, pero no importa, esa persona es verdaderamente importante para ti. Hasta que te cansas, te estás haciendo daño tú misma y te das cuenta de que además estás perdiendo el tiempo, de que si verdaderamente tú le hubieses importado no te hubiese vuelto a fallar una segunda vez, y dices hasta aquí he llegado, tal vez mañana te arrepientas porque pienses que deberías de haber seguido un poco más, pero no es cierto. Nadie tiene derecho a fallarte una vez, y menos dos, tú tienes que ver si merece la pena, pero quien merece la pena no te hará pasarlo mal, quien merezca la pena y te quiera de verdad te ahorrará cualquier minuto de sufrimiento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario